sábado, 24 de abril de 2010

H...






Mi homenaje a ti ha sido como un libre viento que forma escritura, y los primeros trazos comenzaron en observar los recuerdos de tu impresión, de la impresión que Dios te ha dado y que me ha tocado, que me toca cada vez.

Y a Dios siempre lo he sentido ahí, como el rectificador de una partitura que aspira a escribir una música perfecta. Por eso, y por mucho más, no me he detenido. No ha existido una fuerza imponente para doblegar tal entusiasmo.

Al comenzar mis primeros trazos se dibujaban débiles en su experiencia, pero enérgicos en su empeño. Luego, permaneciendo en un ambiente no recomendado para tal tarea, continué como libertad sagrada en ti.

Probablemente podrá notarse ciertas exageraciones pero para mí son el equilibrio perfectible que hace falta. Y en contacto contigo, entre muchas de las nuevas y abiertas realidades, hay una que me ha enraizado en la Fuente de todo, de todo homenaje y honor, de donde deriva la absolutez, de Dios, de su Voluntad. Lo sabía, pero me has llevado a creerlo más a fondo, y por ti encuentro el camino que me desplaza a Jesús, así de sencillo, hay algo que me conecta y me siento maravillado. Así es como siento los milagros y ahora aquí por su Gracia me da más de la lógica formal.

Deseo que sea un sencillo homenaje (si se puede decir), pienso en ti, en tu libertad y decisión, en lo que te conozco y en lo desconocido, no te he imaginado en las nubes ni tengo derecho de esperar más, ya es demasiado como te siento y como eres. Conjeturo la posibilidad de un gran ajuste, sólo tú podrás definirlo mejor, y es que creo que esto lo sello más allá de un sentimiento volátil. Es también la posibilidad de un error de sentirte tan definitiva. Desde hace algún tiempo, el silencio se torna difícil, incluso intento modificar lo que aún no existe. Pero hay dos puntos que aplastan los demás, y son la autonomía y la libertad. Y ahí creo que se trenzan los caminos de las manos siempre abiertas y firmes. Ahí estarán las mías para ti sin más…

Me levanté con un sueño en el tiempo, soñé que te había recordado y justo me desplazaba a tales lugares. Tal sensación a veces me da temor, o estupefacción. Y luego de despertar mi espíritu no se rompe aunque conservo la razón, sino al contrario, siento haber sido en lo posible fiel, aunque con limitaciones. Me siento, emociono, pienso y contemplo como el viento: libre.

Y hoy, otra vez me levanté de la manera que otras veces me he levantado, como la primera vez, algo similar. No sé cuál es el significado exacto. La verdad a veces siento que te presiono o algo así. También desearía que las cosas fuesen más sencillas. Ahora parecen serlo mucho más…Tu diálogo me da la impresión de que la realidad ya es eterna, así va mi conciencia, entendiéndola ésta como “el núcleo más secreto y el sagrario del hombre en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntima de ella” (Catecismo). Tú en mí resuenas… si alguien cree que he sido falso ignora lo anterior. Por honestidad y rigor debe entenderse así.

Y un detalle, soñé que estabas vestida de amarillo y azul. :-)

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