domingo, 14 de marzo de 2010

¿Por qué?


He dejado un momento la puerta abierta de mi habitación, y la cruza por momentos un aire frío, poco usual. Y me traslada a mi memoria infantil, al aire fresco y frío de mis años de crianza y crecimiento, al que quisiera volver. Porque el calor sentido en aquel lugar, en el que ayer estuve, nunca más quisiera estar, en nada parecido, ni en la misma situación. Ese calor ya me está cobrando un precio que tengo que pagar por ahora…


NO puedo imaginar lo mismo… nunca más, todo lo siento ahora así… En cambio, la brisa de Café Primo indudable en su agrado…


Ya ha pasado un día… Un amigo me dice que a él le falta lo que yo tengo… y yo le digo que a mí no me hace falta tenerlo, pero es intransferible…


También me pregunta que por qué me han tomado mucho cariño aquí, y le digo que no sé, ¿por qué lo dice?, me contesta que por todo lo que ha escuchado de mí. La verdad no sé por qué.


También mi prima, toda ella seria y formal me dice que yo soy muy noble, lo pienso y no entiendo porqué. No hago mayor cosa. No siento mi entrega total...


La psicóloga me mira asombrado y me dice que soy un chiquillo, como queriendo decirme que soy muy joven para esto. Y hoy, una señora que la veo regularmente se me acerca y me dice que con ese cuello blanco me voy como un niño, y que va a rezar mucho por mí. Además me pregunta la edad, y al saberla, me dice: Pero si es que es un niño. En seriedad que rece pero no con sus intenciones…


Otro amigo viene a mi habitación a decirme que pensó algo de mí que no se cumplió. Pensó que yo saldría corriendo de aquel lugar en medio de toda la gente. Y me preguntó si lo había pensado… La verdad no corro de una manera tan abrupta.


Y mientras escribo esto me llama una señora, más buena gente, y me pregunta qué cómo me siento en mi primer día. Le dije que chévere, pero la verdad en la mañana estuve esperando un mensaje que nunca llegó, y me sentí como en el último día… No sé por qué… No sé por qué lagrimeo sin pensarlo…


Si todos ellos, los que se alegran por una alegría que no habita en mí, supieran todo, no me entenderían ahora…lo entenderían más allá de la vida, en su muerte. Es la única manera que veo posible para abandonar la subjetividad y prejuicios propios de una tradición y cultura.


Mis compañeros me preguntaron que si estaba nervioso… me decían que lo notaban, pero jamás pudieron imaginar en ese momento por qué…


En una posibilidad me pregunto qué clase de hipócrita soy…Pero no aspiro morir en una teoría… no soy de esa clase. En el amor nada puede perderse… Y por eso no disfruto de la seguridad “status”.


¿Por qué?


Alguien me pregunta que si de verdad creo algo que me sucedió. Le digo que no creo, le digo que ES. Y conserva la duda.


Acabo de llegar sin el cuello de la camisa que desde ayer comencé a usar, y un padre amigo me dice: “No se me eche a perder”. La verdad en tal concepción ya estoy más que perdido.


Ya llegó la noche como otras tantas noches, pero sólo me acuerdo de la de ayer…
Siento que estoy terminando una misión… estoy sintiendo su lado definitivo. Estoy obligándome a ser fiel a cada momento callado,para sentir que soy fiel en la presencia. Es mi oportunidad, es la manera más clara de decirle a Dios que estoy dispuesto a encontrarlo hasta el fondo en mi humanidad… quiero entregarle mis promesas, si no siento que voy a morir… quiero entregarle todo, porque si no, mi creer pierde su eterno derecho. Quiero amar de verdad como pocos se arriesgan a amar. No quiero conjeturar que los demás no lo hagan, sino que les parece demasiado arriesgar a perder. Pero yo no sé perder de la manera general de perder.


Si amar ya me ha invadido poco a poco los espacios de toda mi vida, debo levantarme y ordenar este escritorio que está desordenado. Y que pueda ordenar el lugar de los audífonos, porque todos los días se me pierden en la misma área. Quiero amar así… como algunos años antes no imaginé… Antes me decían la teoría, pero no funcionaba.


También el aire frío me recuerda los lugares más altos a los que he subido, desde donde he escuchado unos susurros de otro lenguaje, y de otras metas. No sé por qué he sentido que en tales lugares el pasado, presente y futuro se presenta como el mismo. No tengo que pensar para sentir. Por eso, quisiera trasladarme aquel clima donde mi espíritu no puede romperse. Pero ayer en una brisa similar sentí también que no se rompía…


Me he preguntado qué podrá ser más profundo que esto. Imaginarlo es romper el tiempo… Podría sobrevivir, pero no quisiera más letras, porque muchas de ellas son la reminiscencia directa, lo sé bien, tendría que ser analfabeta…Tendría que romper el tiempo y trasladarme a otra categoría, es hacer un acto de violencia… Y en mi sano juicio no podré hacerlo.


Pero la razón mayor no estará en las palabras, sino en más allá de su contenido.
Debería ahora también ir a dormir, mi sueño ha sido últimamente modificado… ¿por qué? He intentado dormirme, pero no duro lo suficiente de la costumbre tradicional, conservada por años. ¿Por qué?


Quiero adelantar 80 años, estaré seguro de no estar aquí en la tierra. Pero también estaré seguro esté donde esté según lo que pase antes de pasar esos 80 años, o tal vez menos sean menos años. El más allá depende del más acá.


Pasa mis pensamientos, y siento descubrir y descubrir sin parar…Pero también la improbabilidad.


Debe haber un punto más claro, sin duda. Ahora sólo seguiré siendo fiel…
¿Por qué?
Porque es el punto de todo… todas mis metas…
¿Qué fidelidad?
La que estoy veo como la mayor de las posibilidades… la mayor…

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